Apunta principalmente a niños de bajos recursos -en una zona de montaña al sur de Bogotá- y a sus padres que viven en la pobreza y las adicciones, también a jóvenes enfrentados con violencia.
Se trata de implementar una huerta sostenible, con la ayuda de jóvenes católicos y judíos, que involucre a los niños y a toda la comunidad, haciendo talleres de autosostenibilidad en cultivo de alimentos para una dieta sana y talleres de formación en valores como solidaridad, respeto, amor al prójimo.
Participante: Carolina Bojacá López